Protagonismo y participación ciudadana en la gestión local
Las alcaldesas de Lima (Perú) y San Juan de Puerto Rico, debatieron junto a Ana Olivera, intendenta de Montevideo, sobre la participación ciudadana en la gestión local en el marco del 28º Comité Sectorial de Cultura de la Unión de Ciudades Capitales de Iberoamérica (UCCI) en Montevideo, Uruguay. Durante la actividad ambas alcaldesas recibieron la condecoración de “Visitante Ilustre”. En las exposiciones, Mercociudades fue destacada como una importante herramienta para la integración regional.
Durante la ceremonia en la cual las alcaldesas de Lima y San Juan de Puerto Rico, Susana Villarán y Carmen Yulín Cruz, recibieron la distinción de visitantes ilustres, Ana Olivera destacó a estas dos mujeres como “grandes defensoras de la actividad social y política, además de grandes militantes sociales desde hace mucho tiempo”.
El panel se desarrolló con gran fluidez al convergir en la necesidad de generar espacios para la participación ciudadana, ya que ésta “es lo que da legitimidad a las políticas y lo que nos controla, porque (los políticos) nos podemos perder debido a la sensualidad del poder” alude Villarán, agregando que “se debe hacer política partidaria como herramienta para la participación pública”.
“Mercociudades ha sido una gran herramienta de integración regional” expresa Olivera, que también resaltó la labor de Belela Herrera, quién “estuvo de los dos lados del mostrador”, refiriéndose a su rol en Mercociudades como dentro de Cancillería uruguaya. “Mercociudades tiene un rol cultural y social que no lo tenía el Mercosur, estos roles permiten procesos de integración”.
Cruz destacó que cree pertinente “enseñar a los ciudadanos desde chicos cuales son sus derechos, a reclamarlos, pero también a utilizarlos continuamente”. Por su parte, la alcaldesa de Lima enfatizó en las herramientas para generar una mejor participación ciudadana, dentro de las cuales resalta el presupuesto participativo. Pero advierte que la burocratización de éstas es un gran peligro que genera la “fatiga participativa”, que es la demora en la implementación de los proyectos que desalienta a los ciudadanos.